El estándar de construcción pasiva ha ido ganando terreno cada vez más.
En tierras europeas, norteamericanas o latinoamericanas se ven cada vez más dentro de las preferencias en la construcción.
Es un método constructivo internacional, aprobado para construir edificaciones con elevada eficiencia energética.
Se ha debatido, si se trata de una cuestión de moda, o si realmente constituye una necesidad, con vista al ahorro de energías y de costos, para disfrutar de un ambiente confortable dentro de las edificaciones.
Ya no se habla solo de casas pasivas, ya existen edificaciones empresariales, que se han levantado bajo este estándar de construcción.
Passivhaus
El estándar de construcción pasiva se originó en tierras alemanas, con la pretensión de construir edificaciones con alta eficiencia, acompañada de un costo muy bajo en consumo de energías.
En tierras europeas, el costo energético que implica mantener el confort en nuestros edificios, era normalmente muy alto. De allí, que primero se pensara en los estándares de la construcción pasiva como una gran necesidad.
Posteriormente, se ha ido afianzando como una moda, pero de base, se sustenta en la necesidad de mejorar la eficiencia a bajo costo.
En Latinoamérica, los precios de la energía eléctrica, o de otras fuentes renovables o no, son muy bajos. Sin embargo, existe un gran déficit de estas, y una incipiente preocupación por la conservación ambiental.
De esta manera podemos pensar que en esas latitudes, es muy oportuno que se piense en este tipo de construcciones, ya sea por necesidad o porque se consideren que están en tendencia.
Elementos pasivos
El método constructivo pasivo se basa en varios elementos para lograr bajar el consumo energético.
El aislamiento de la vivienda, una eliminación de puentes térmicos, una hermeticidad perfecta con una envolvente que garantice la estanqueidad del ambiente.
Siempre se implementan ventanas con características específicas, que garantizan el empleo de la luz solar, al tiempo que colaboran ampliamente con el cerramiento.
Actualidad climática
En tiempos en que la ciencia se pone al servicio de las personas, destacan las construcciones pasivas, colocando el conocimiento de los materiales de aislamiento, las técnicas de cerramiento, y cómo podemos tener hermeticidad, y al mismo tiempo un aire limpio de desechos.
Los edificios empiezan a verse como un resultado de los conocimientos, empleándose a diario, y creando tendencias.
Al mismo tiempo, se ha puesto de moda, o se ha creado gran conciencia de cara a la crisis climática, y el empleo de energías de fuentes renovables antes de las energías de origen fósil.
Si no limitamos la emisión de gases contaminantes, responsables del efecto destructivo en nuestro planeta, llegaremos a experimentar un aumento de temperatura que desencadenará efectos perjudiciales para todos.
Esta conciencia ambientalista es lo que viene sumando más personas con disposición a cambiar sus casas, acercándose al estándar pasivo.
Se adaptan las construcciones, para que obtengan el máximo aprovechamiento de la energía solar, de fuente natural y constante, para calentar e iluminar las viviendas.
Instalando paneles solares, y acumuladores, se puede llegar a transformar esta energía solar en termoeléctrica para suplir demandas energéticas distintas.
Estar dentro de la tendencia pasiva, no te da solamente beneficios económicos por el menor consumo energético tradicional. También este uso nos permite generar menores cantidades de gases de efecto invernadero.
Beneficios de las casas pasivas
La razón por la que más se busca la implementación del estándar pasivo, al construir las viviendas, es tener mayor confort climático, al menor costo posible.
Esto se logra orientando las viviendas o edificaciones en locaciones estratégicamente estudiadas para obtener el máximo beneficio de la luz solar, y las corrientes de aire.
El aire interior es más limpio en estas viviendas, ya que sostienen una hermeticidad completa combinada con sistemas de ventilación que extraen el aire interno, lleno de toxinas. Este aire es purificado, y deja entrar de nuevo, combinado con aire externo, previa aclimatación del mismo.
Mantiene también un sistema de recuperación de calor, garantizando que no existirán fluctuaciones climáticas, entre las diferentes estancias del edificio.
Todas estas consideraciones han ido penetrando en las mentes de una sociedad, cada vez más consciente en cuestiones ambientales.
Estar consciente del daño que puede ocasionar, el uso indiscriminado de aires acondicionados, o calefacciones, en nuestro hogar, más allá de nuestro confort, ha hecho el cambio.
De igual manera, el ahorro que el mayor consumo de energía solar trae a nuestros hogares, crea la combinación perfecta de mantenernos dentro de una moda o tendencia, que mejora nuestra economía.
Podemos concluir, entonces, que la mayor implementación del estándar de construcción pasivo, se debe a una mezcla de necesidad de mejorar la factura energética, con el deseo de pertenecer a la moda de mantener nuestro planeta a salvo.
Mantenernos en una diatriba, para precisar si son razones de esnobismo, o de necesidad, realmente no es una cuestión de importancia.
Poder implementar novedosos sistemas de ventilación, aclimatado, buena iluminación a menor costo, y sin dejar una huella ecológica es realmente lo debemos buscar.
En esta oportunidad, la moda y los requerimientos ambientalistas necesarios se han unido. ¡Mejor combinación, imposible!