Estándar passivhaus
¿Qué es una casa pasiva?
Para explicar el concepto passivhaus es fundamental partir de los 5 principios básicos por los que se rigen las viviendas pasivas:


Aislamiento adecuado:
A través del uso de materiales de recubrimiento que aíslen del calor y del frío, de la climatología exterior y de las infiltraciones de aire.


Sin puentes térmicos:
En ventanas, paredes y techos que dejen salir el calor o frío hacia fuera.


Ninguna fuga de aire:
Evitando boquetes o grietas en las paredes, techos o ventanas que dejen pasar el aire hacia el exterior.


Sistema de ventilación controlada (SVC)
Que garantiza un aire interior saludable, sin perder el frío o el calor interior.


Ventanas de altas prestaciones:
Con triple vidrios, perfiles de alta eficiencia, y herrajes que garanticen la máxima hermeticidad. También, las ventanas deben orientarse adecuadamente para lograr que la luz solar las pueda calentar en invierno y haya un buen control solar en verano.
Cuando se aplican estos 5 principios básicos en la construcción de una vivienda ya no es necesario un elevado consumo de energía para mantener el confort de temperatura interior, ya sea frío o calor, en cualquier edificación.
¿Cómo se consigue esto?
Un edificio pasivo necesita un 90% menos de energía y ésta puede ser proporcionada por nuestro propio calor corporal, el sol, los electrodomésticos o el buen control de la luz solar.
La suma de estos 5 principios básicos proporciona gran confort y salud a todos los habitantes de la casa y un ahorro energético significativo en la factura de la luz. Sin olvidar que, con todo ello, ayudamos a la mejor conservación de nuestro planeta.
En síntesis, una edificación pasiva es un tipo de construcción sostenible enfocada a la reducción máxima de la energía necesaria para su climatización, logrando mantener una temperatura constante y confortable a través de la optimización de los recursos existentes.