Poder habitar en una vivienda que esté en armonía con el ambiente, ya no es una utopía ni sueño para que algún día suceda. Hoy, es una realidad palpable y constante, verificada en la edificación de viviendas pasivas.
Se conoce como una construcción armónica, amigable con la conservación del planeta, con muy baja emisión de Co2, y constantemente en la búsqueda de contribuir a sanar nuestro planeta.
En la construcción pasiva se minimiza el empleo de recursos, energías no renovables, y emisiones perjudiciales para el medioambiente, al tiempo que se aumenta el confort de los ambientes internos de la vivienda,
Y es que no solo se cuidan estos extremos perjudiciales durante la vida dentro de la vivienda, sino que desde se construye la edificación, y al realizar actividades de mantenimiento se mantiene un cuidado extremo preservar el ambiente en donde se está. No podemos olvidar que las emisiones de Co2 constituyen el principal factor contaminante en la vida diaria, causante de los cambios climáticos y el efecto invernadero.
Bases pasivas
La terminología casa pasiva, se deriva de la técnica constructiva ideada en Alemania en los años 80, y la consecuente certificación que busca disminuir la demanda de energía para cubrir necesidades de iluminación, calefacción y refrigeración.
Las casas pasivas tienen un consumo de hasta un 80 % inferior a la de una construcción bajo un estándar convencional.
Estas construcciones mantienen un consumo de energía muy por debajo de lo convencional, llegando a ser en ocasiones casi nulo. Se demuestra de esta manera que es perfectamente factible hacer vida dentro de una edificación, sin dejar una huella nociva para los demás.
Calentar nuestro hogar, darle calidez o lograr tener una óptima iluminación en los ambientes internos se logra sin necesidad de recurrir a energía fósiles, de fuente no renovable.
Por todas estas nociones es que el estándar de construcción pasiva se ha convertido en la lógica evolución de una técnica constructiva con beneficios particulares y generales.
Beneficios de vista al futuro
Ante la realidad ambiental que todos sufrimos en la actualidad, y en donde parece que las comodidades y confort vienen de la mano del uso excesivo de energías luces y aparatos electrónicos, la técnica de construcción pasiva viene al rescate como la oportunidad de conseguir comodidad sin causar daño.
Debemos pensar en qué la mejor manera contribuir a nuestro futuro energético, es disminuir el uso de energía de fuentes no renovables.
La energía solar como base fundamental y fuente de satisfacción de necesidades de adecuación térmica del ambiente interno de los hogares, y de iluminar nuestras instancias, debe aprovecharse al máximo con una orientación de la edificación, y así sacar provecho en los meses de más frío.
El cuidadoso aislamiento térmico que se instala, logrando un cerramiento correcto de la envolvente, nos contribuye a conservar esta energía del sol en nuestras estancias.
Podemos concluir que el estándar de construcción pasivo, llegó, y se ha fortalecido en el momento idóneo para formar parte de la solución ambiental que nos permitirá remontar y mejorar al planeta que heredaremos a nuestros hijos.
