Mucho se ha hablado de las construcciones pasivas, y lo que se resume es que este sistema constructivo va más allá de una simple forma de levantar viviendas.
Este es un estándar que agrupa, reúne una serie de elementos, que empiezan y terminan en un significativo ahorro de energía.
Todos estos elementos, conceptos y consideraciones están contemplados y cuidadosamente revisados, en la certificación que se otorga por el instituto passivhaus.
El rasgo principal de este estilo constructivo es ser radicalmente diferente a las técnicas de construcción convencional, en cuanto a la consideración y conservación del medio ambiente.
Mejor ambiente
La idea principal y base de la construcción pasiva, que las diferencia de todas las demás, es la disminución del consumo energético, al mismo tiempo que se reducen las emisiones de dióxido de carbono.
En la construcción pasiva también se busca el empleo de materiales naturales, de base renovable y respetuosa con el ambiente.
La búsqueda del confort para quienes habitan estas construcciones, es tan importante como el bienestar de todos en el planeta.
Innovación constructiva
Las casas pasivas no representan una marca como tal, en sí son un estándar constructivo innovador, originado en Alemania, y que se ha desarrollado y perfeccionado, ejecutándose con resultados óptimos en confort, gasto energético y ahorro.
El cuidado y conservación de nuestro planeta, ha ido teniendo el efecto de considerar el estándar pasivo, como medio ideal para construir la vivienda y los edificios comerciales.
La emisión de gases nocivos, causa principal del deterioro de la capa de ozono, ha ido introduciendo un cambio climático, cuyos efectos son más percibidos por todos.
De allí se desprende lo innovador de este sistema constructivo que intenta más que convertirse en un boom, se esfuerza en conservar el planeta para el disfrute de nuestros sucesores.
No es desconocido que el consumo de energía en la vivienda para cumplir la función de climatización e iluminación es una parte relevante del proceso de cambio climático.
El estándar pasivo se esfuerza en mejorar este problema, cambiando los elementos considerados para construir.
Las personas cada día más adquieren conciencia crítica en cuanto al consumo energético necesario para vivir, y cuáles son las fuentes energéticas ideales.
Constructoras conscientes
En el proceso de construcción se viene apostando por un trabajo amigable con el ecosistema en donde son levantados los edificios y viviendas.
Empleando materiales renovables, y siguiendo técnicas novedosas, se apuesta por realizar proyectos más funcionales, y que cuiden nuestro ambiente, al tiempo que nos proporcionan gran confort.
Se emplean energías limpias para cumplir los rituales básicos del hogar, y se aprovecha los recursos de la zona para calentar, enfriar e iluminar.
La eliminación de puentes térmicos, un excelente sistema de aislamiento, el uso de ventanales y puertas con doble o triple cámara de aislamiento, son parte de las consideraciones que contribuyen a la excelencia de este estándar constructivo.
El estándar de construcción pasiva termina siendo más que una forma de construir, es la forma de otorgar bienestar en el presente y preservar las bondades del ambiente para el disfrute de las generaciones por venir.
