Una casa pasiva es un tipo de vivienda diseñada para ser energéticamente eficiente y respetuosa con el medio ambiente. Las casas pasivas suelen construirse de forma modular, lo que significa que pueden convertirse fácilmente en una variedad de configuraciones diferentes.
Las casas pasivas suelen considerarse una de las viviendas más sostenibles que existen, ya que consumen menos energía y producen menos emisiones de gases de efecto invernadero que las casas tradicionales.
Además, las casas pasivas suelen ser más fáciles y rentables de mantener que las casas tradicionales, lo que significa que puede ahorrar dinero en reparaciones y mantenimiento continuos.
Cómo funcionan las casas pasivas
Una casa pasiva se basa en tres componentes principales: los cimientos, las paredes y el sistema de cubierta. Los cimientos son un componente principal que ayuda a soportar el peso de la casa mientras se construye.
Las paredes ayudan a proteger el interior de la casa de los daños causados por el clima y los escombros, mientras que el sistema de techado evita que entre la lluvia o la nieve y protege contra los daños causados por el fuego.
¿Cuáles son los beneficios de vivir en una casa pasiva?
Los beneficios de vivir en una casa pasiva incluyen: reducir la huella de carbono hasta en un 50%, ahorrar dinero en costes de energía, reducir el impacto medioambiental hasta en un 50% y mejorar la salud, facilitando una jubilación anticipada o una mayor esperanza de vida gracias a la mejora de la calidad del aire y la reducción de los niveles de ruido.
Viviendo en un mundo de construcciones pasivas amigables: idea para ti
La sensación de vivir en una vivienda pasiva y ecológica, en un lugar con el conveniente grado de temperatura y humedad, enroscado en materiales naturales libres de químicos y recibiendo la energía del sol en la justa medida para poder hacer un grupo armónico, solo puede experimentarse viviendo unos días en el centro de una de estas viviendas.
No hablamos de lo poco que gasta o de lo sustentable que es una vivienda pasiva, hablamos de la sensación de bienestar que tiene la familia viviendo en ella.
Una casa de esta clase, consigue ahorros del orden del 90% comparativamente con el gasto de energía de una casa usual.
El bajo consumo en esta clase de inmuebles se consigue
- Un control más riguroso de la incidencia solar para eludir el sobrecalentamiento de la casa en verano.
- Un aislamiento térmico bastante elevado.
- Una hermeticidad al paso de aire bastante alta.
- Una ventilación controlada con recuperación de calor
- Las viviendas pasivas mejoran la salud de los individuos que las habitan; las salvaguardan de alergias, catarros, microbios y otros microorganismos que merman la salud respiratoria.
Si las casas pasivas poseen esta capacidad de proteger la salud es gracias a su enorme aislamiento térmico y acústico logrado por la alta calidad de los aislamientos.
El ahorro energético que consigue una vivienda pasiva es sorprendente; puede minimizar hasta un 75% las necesidades de calefacción y refrigeración y aunque puede necesitar energía suplementaria, va a poder suplirse con energías renovables, de esta forma ayuda a proteger el medio ambiente.
Si piensas en rehabilitar tu vivienda, si la conviertes en passive tan solo te costará alrededor de un 16% más que una rehabilitación común.
Las estructuras pasivas cuidan el medio ambiente; son construidas de forma respetuosa y a lo largo de su historia siguen cuidando al mismo, como ya hemos observado, incluyendo la utilización de energías renovables.
El eficiente sistema de ventilación que caracteriza las viviendas pasivas produce una virtud tanto en las estaciones frías como en las más calurosas, debido a que consigue un ambiente cálido en invierno y fresco en verano, generando un enorme bienestar para sus pobladores.
Gracias al grado de estanqueidad al viento que recibe la casa no se pierde temperatura por ninguna parte y se alcanza un ahorro energético óptimo.
Las viviendas pasivas producen un enorme bienestar para quienes las habitan, construyendo una gigantesca sensación de confort y llegando a ser un hogar acogedor todo el año. Las viviendas pasivas son viviendas que respiran.
Finalmente, vivir en una casa pasiva puede ser una excelente manera de reducir el impacto medioambiental y ahorrar dinero.