Las construcciones pasivas te ofrecen unas gratas prestaciones, como la temperatura interna, aislamiento de ruidos fuertes y molestos, y el muy apreciado aire interno, limpio, sano y confortable.
También comparte ciertas características del diseño orientado al clima, tomando en cuenta la localidad en donde se construye la edificación.
Para sacar el máximo provecho de los recursos naturales que en el lugar destacan, como son el sol, la abundancia de árboles y plantas en general, cantidad de lluvia que se espera, y todos los recursos renovables.
Mínima dependencia energética
Teniendo estos recursos naturales como apoyo, se busca disminuir el gasto energético, y hacer más confortable los espacios, sin perjudicar el planeta.
La construcción pasiva, con todas sus pautas de orientación en búsqueda del confort y ahorro energético, pueden resultar más costosas que otra de construcción convencional.
Ese sobre costo se ve ampliamente compensado con la mínima dependencia energética, tanto eléctrica, de gas natural y cualesquiera otras fuentes, lo que se refleja en ahorro monetario.
Bioclimática
Las construcciones pasivas aprovechan las condiciones climáticas del lugar o emplazamiento, conjugándolo con una visión sostenible y apoyada en el respeto del ecosistema.
Siempre se busca el respeto del medio ambiente, causando el menor impacto negativo en el lugar.
Los materiales empleados, y los métodos de construcción buscan la mayor eficiencia energética y la conservación ambiental.
De allí que la orientación de la vivienda en el lugar específico guarda una relevancia especial para los expertos del estándar.
La orientación orientada al clima prevé que debe estar hacia el sur, en estas latitudes, para que las horas bajo la radiación solar sean mejor aprovechadas en iluminación, recolección, y aprovechamiento.
Proteger la edificación durante las exigentes horas soleadas del verano, y la captación de energía solar para ser empleada en invierno, es básico para este tipo de vivienda.
Edificio pasivo
Este tipo de edificación ha sido pensada y diseñada para funcionar con un mínimo consumo de energía.
Persiguen una gran hermeticidad, que aísla la construcción de los elementos externos, y poco confortables como son las temperaturas extremas, los ruidos y olores desagradables, entre otros.
Emplean sistemas de ventilación, con sistema de filtrado de aire, y con recuperadores de calor, para minimizar el consumo energético a emplear para calefacción o enfriamiento de los ambientes internos.
El consumo de energías disminuye, pero sigue necesitando de fuentes de energía alterna y ecológicamente amigable, preferiblemente de fuentes renovables.
De allí que la instalación de paneles solares se ha constituido en la mejor opción, gracias a la permanencia en casi todo el año de radiación solar.
Otra consideración bío amigable, que se busca en estas construcciones pasivas, es la reutilización y reciclado de los desechos producidos, como restos alimentarios, en abonos, para las plantas que nos dan sombra y protegen del sol.
Como vemos, la orientación de la casa pasiva guarda una gran relevancia, convirtiéndose en elemento fundamental, y así lograr la sostenibilidad en el ámbito energético.
El aprovechamiento del sol, en las diferentes estancias de la vivienda, la hará proclive a necesitar, más o menos, el empleo de otras fuentes energéticas para su funcionamiento diario.
Por esa razón, dependiendo de lo que persigue, en cuanto a energía solar, se debe orientar la edificación hacia un punto cardinal determinado, y así quedará mejor orientada para su aprovechamiento.