Combinar excelentes condiciones de habitabilidad, bienestar de sus residentes y respeto por el planeta con el mínimo impacto es la meta que persiguen las casas pasivas o ecológicas.
Este tipo de edificaciones se han promocionado desde sus inicios como una alternativa a la construcción tradicional, con múltiples ventajas ambientales y económicas. Es una tendencia clara, que cada día gana más adeptos.
Se trata de viviendas que se han construido con respeto por el medio ambiente, fabricadas con materiales que no resulten tóxicos y una de sus características esenciales es que resultan energéticamente eficientes, tanto durante su construcción como su posterior uso.
En tal sentido, su diseño se basa principalmente en aprovechar al máximo los recursos de la zona donde está construida.
Si bien resulta imposible alcanzar un cero impacto ambiental, la meta de estas viviendas se orienta que no solo en la construcción se aprovechen los recursos, sino que adicionalmente una vez construida la vivienda logre obtener la máxima sostenibilidad y sea una vivienda pasiva.
Por otra parte, resulta complicado construir una vivienda o un edificio pasivo en las grandes ciudades o centros poblados. Sin embargo, alcanzar los objetivos de sostenibilidad ha ido cobrando fuerza y se nota cada vez más el empeño en diseñar viviendas sostenibles.
Dentro de estos objetivos buscados está además el aprovechamiento de los recursos el lograr la máxima eficiencia energética.
En este sentido, en Europa se ha establecido una normativa que exige a las nuevas construcciones que cumplan con un consumo energético pasivo, es decir que sean capaces de regular la temperatura en todo el inmueble con una baja demanda energética.
Ventajas que presentan las casas sostenibles
Ahorro a largo plazo
Si bien es cierto que los costes asociados a la fabricación de una casa sostenible pueden resultar más altos que los de una construcción tradicional se trata de una inversión que en pocos años se amortizará.
El ahorro en la factura de energía es un indicador suficiente para garantizar que al cabo de años se convierta en un ahorro.
En una casa pasiva el ahorro de energía se incrementa alrededor del 90 % en comparación con otro tipo de edificación.
Se minimizan los gastos de mantenimiento
El uso de materiales de buena calidad aumenta considerablemente la durabilidad del inmueble, con una reducción en los gastos de mantenimiento y reparaciones.
Aumento de la calidad de vida de los residentes
En las casas sostenibles o pasivas el uso básicamente de materiales naturales, reutilizables y reciclables, además de ser inmuebles construidos bajo las premisas de la bioconstrucción.
Todo esto significa que se utilizan al máximo los recursos naturales del lugar sin daño al medio ambiente, ofreciendo una excelente calidad de vida a los habitantes del inmueble.
En resumen, las casas sostenibles resultan una insuperable alternativa, a pesar del coste un tanto elevado de su construcción.
Por esta razón cada día aumenta la fabricación de este tipo de inmuebles que permite una reducción del consumo de energía y de la huella de carbono.